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En un mundo donde las tendencias cambian con cada temporada, Hermès sigue siendo sinónimo de lujo eterno. Fundada en 1837 por Thierry Hermès como un pequeño taller de guarnicionería en París, la maison nació para servir a la élite ecuestre. Lo que comenzó con sillas de montar y arreos finos, pronto se transformó en una de las casas de moda más exclusivas y admiradas del planeta.

De los carruajes al clóset más codiciado del mundo

Con la llegada de Émile-Maurice Hermès, nieto del fundador, la marca dio un salto hacia el mundo del cuero y la marroquinería. Fue él quien introdujo la primera cremallera en bolsos de lujo, un detalle que revolucionó la funcionalidad y el diseño.

En 1929, Hermès presentó su primera colección de moda femenina y, para 1937, las carrés de seda (los icónicos pañuelos) ya se habían convertido en piezas de deseo mundial. Cada uno se fabrica en Lyon con un proceso artesanal de más de 30 pasos y diseños que hoy son coleccionables.