El 2025 no fue solo un año de tendencias: fue un reflejo de cómo consumimos, compartimos y sentimos la cultura hoy. Moda, accesorios, música y fenómenos virales se mezclaron en una conversación constante impulsada por redes sociales —especialmente TikTok donde una canción, un bolso o incluso un objeto inesperado podían convertirse en obsesión global en cuestión de días.
Moda que dominó el feed
En moda, 2025 confirmó el regreso de lo emocional, lo juguetón y lo exagerado. El maximalismo volvió con fuerza, pero acompañado de una sensibilidad más personal y nostálgica. Texturas, brillos, capas y siluetas llamativas convivieron con piezas clásicas reinterpretadas.
Los accesorios tuvieron un rol protagónico. Más allá de bolsos y joyería, los headpieces se convirtieron en un hit absoluto. Los sombreritos de crochet aparecieron en editoriales, street style y redes sociales: todas los llevaban, transformando un accesorio artesanal en símbolo de coolness y actitud relajada pero estilizada.
Accesorios virales y obsesiones colectivas
Uno de los objetos más comentados del año fue el bolso Paddington de Chloé, que regresó al centro del deseo gracias a su estética boho y a la nostalgia dosmilera. Junto a él, los charms, llaveros y piezas personalizadas dominaron el styling diario.
Y, sin duda, los Labubus se convirtieron en el fenómeno más inesperado del 2025. Estos pequeños personajes invadieron bolsos, escritorios y videos virales, demostrando que el lujo contemporáneo también abraza lo cute, lo irónico y lo coleccionable.
La música que marcó el ritmo del año
TikTok volvió a definir qué escuchamos. Canciones pop, indie y alternativo se viralizaron no solo por su sonido, sino por la emoción que transmitían. Letras nostálgicas y beats suaves acompañaron GRWM, viajes, rupturas y momentos cotidianos.
Más que hits tradicionales, 2025 estuvo marcado por canciones que se sentían y se integraron a la vida digital como una banda sonora colectiva.
Cultura internet: cuando todo es tendencia
Memes, audios, estéticas pasajeras y microtendencias convivieron en el feed. En 2025, lo viral no necesitaba durar para ser relevante: bastaba con conectar. El internet se convirtió en un espacio donde moda, humor y nostalgia se mezclaron sin reglas claras.
El verdadero sello de 2025
Si algo dejó claro este año, es que las tendencias ya no bajan desde una pasarela: nacen en comunidad. 2025 celebró lo imperfecto, lo emocional y lo inesperado. Vestir, escuchar música o elegir un accesorio fue una forma de identidad y expresión colectiva.




