Skip to main content

El cierre de un año no solo marca el paso del tiempo, también nos invita a pausar, mirar atrás y decidir cómo queremos avanzar. Entre celebraciones, cenas largas y abrazos, existen tradiciones que se repiten generación tras generación, no por costumbre, sino por el significado que cargan. Son pequeños rituales que convierten el cambio de calendario en un acto simbólico de renovación.

Vestirse de blanco y que sea ropa nueva es quizá una de las tradiciones más universales. El blanco representa paz, serenidad y claridad mental; usarlo en Año Nuevo es una forma de declarar que buscamos empezar ligeros, en armonía y con una energía limpia. Que la prenda sea nueva suma una capa más profunda: dejar atrás lo viejo, lo que ya cumplió su ciclo, y abrir espacio a una etapa distinta.