La moda está viviendo un cambio de piel. Este 2025 marca un momento decisivo donde la transición generacional se siente más fuerte que nunca. Ya no se trata solo de qué se usa, sino de quién cuenta la historia detrás de cada prenda. Desde los ateliers hasta los timelines, la industria está siendo moldeada por nuevas mentes, rostros y voces que entienden la moda como una extensión de la identidad, no solo como una vitrina de lujo.
En los últimos meses hemos visto cómo nuevos directores creativos han asumido las riendas de grandes casas, redefiniendo códigos con una sensibilidad más honesta, diversa y humana. Las colecciones ya no buscan impresionar desde la distancia, sino conectar desde lo real, reinterpretando la herencia con una mirada contemporánea.
Las pasarelas reflejan ese mismo espíritu. Modelos como Alex Consani, Loli Bahia, Anok Yai, Vittoria Ceretti, Lulu Tenney, Mona Tougaard, Amelia Gray y Angelina Kendall encarnan una generación de belleza multifacética y sin etiquetas. Representan la evolución del ideal: mujeres y hombres que no solo visten las prendas, sino que habitan las historias que la moda quiere contar.
Pero el impacto de estas modelos va más allá del runway. En plataformas como TikTok, rostros como Alex Consani han logrado conectar con una nueva audiencia mostrando su personalidad sin filtros: auténtica, divertida y sin pretensiones. Su contenido orgánico que mezcla humor, naturalidad y glamour ha hecho que miles de jóvenes vean en ella un símbolo de cercanía, no de perfección.
La nueva generación de modelos entiende que la influencia no se construye desde el pedestal, sino desde la empatía, y esa conexión directa con la Gen Z está reescribiendo lo que significa ser una figura de moda.
Aunque seguimos admirando a íconos como Bella y Gigi Hadid, Kendall Jenner o Hailey Bieber, es innegable que el centro de gravedad de la industria se está moviendo. La conversación ahora sucede en los feeds, en los reels, en los videos detrás del backstage. Las modelos ya no solo posan: hablan, opinan, crean comunidad.
Fuera de la pasarela, figuras como Lyas, con sus virales Watch Parties, han transformado la experiencia de la Fashion Week en un fenómeno cultural. Junto a él, influencers como Emma Chamberlain, Wisdom Kaye, Matilda Djerf y Tyla redefinen la moda desde lo cotidiano, probando que la autenticidad es el nuevo lujo.
Y, entre todos ellos, una pequeña figura ha conquistado los front rows del mundo: Taylen Biggs, la niña de diez años que entrevista a celebridades como Kris Jenner, Selena Gomez , Ariana Grande o Jennifer Lopez con una naturalidad asombrosa. Su voz representa el futuro una generación que nace sin miedo a ser vista, escuchada y tomada en serio.
La industria se encuentra en un momento fascinante. Entre la herencia y la revolución digital, la moda dejó de ser distante y se volvió conversación, cultura y comunidad.
Este cambio no es una tendencia, sino una declaración: el futuro de la moda está en manos de quienes se atreven a habitarla con autenticidad.