En un escenario global donde la moda busca constantemente reinventarse, emerge una voz que trasciende tendencias y geografías: Marcel Castellano. El diseñador latinoamericano ha construido un universo donde tradición y vanguardia colisionan, dando vida a una estética cargada de símbolos, dramatismo y fuerza visual. Este año, su esperado debut en New York Fashion Week (NYFW) tendrá lugar el 13 de septiembre, marcando un nuevo hito en su trayectoria.
Formado como director de arte y fotógrafo, Castellano entiende la moda como un lenguaje multidisciplinario. Su mirada no se limita a la confección: va más allá de la tela, explorando la imagen, la narrativa y el impacto emocional que provoca cada pieza. En sus colecciones, el cuerpo se convierte en un lienzo vivo y cada prenda es un manifiesto que desafía lo establecido.
Sus diseños evocan teatralidad y rebeldía: corsés que se transforman en armaduras contemporáneas, siluetas escultóricas que parecen emerger de un sueño barroco, texturas que invitan a tocar y perderse entre sus pliegues. Hay una tensión constante entre lo orgánico y lo arquitectónico, entre la feminidad y la fuerza, entre lo íntimo y lo monumental.
Castellano no solo diseña ropa: construye universos visuales. Cada colección es un relato que conecta raíces culturales con narrativas futuristas, celebrando la identidad latina desde una perspectiva audaz y sin concesiones. El resultado es una moda que no busca complacer, sino provocar; no sigue tendencias, las redefine.
Su trabajo ha sido publicado en Harper’s Bazaar, Glamour y L’Officiel, consolidando su visión en la escena editorial internacional. Además, ha presentado sus colecciones en Paris Fashion Week y ahora New York Fashion Week, dos de las pasarelas más codiciadas del mundo. Allí, sus piezas captura miradas y generado conversación, proyectando la voz creativa de América Latina hacia nuevos horizontes.
Marcel Castellano encarna a una nueva generación de diseñadores que entienden la moda como arte, discurso y experiencia. En sus manos, la tela se convierte en poesía visual, y cada costura revela un statement: la tradición no se preserva, se reinventa. Su estética no es solo tendencia; es una declaración de intenciones.