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Una era llega a su fin

Después de 37 años al frente de la edición estadounidense de Vogue, Anna Wintour se despide del cargo que la convirtió en una de las figuras más influyentes (y temidas) del universo editorial. Aunque continuará como directora global de contenidos de Condé Nast y supervisará las ediciones internacionales de Vogue, su salida de Vogue US marca el cierre de una etapa. Y como suele suceder en la moda, cuando una era concluye, otra comienza. Pero no sin antes mirar atrás.

Anna wintour

Fotografía: Anna Wintour en su oficina, cortesía de Wall Street Journal 

La mente maestra detrás de Vogue

Wintour, de 75 años y con un bob que desafió las leyes del tiempo (y las tendencias), no solo dirigió la «biblia de la moda»: redefinió lo que significaba ser editora en jefe y convirtió a Vogue en un fenómeno cultural que trascendió las portadas para instalarse en la conversación global sobre estilo, autoridad y relevancia.

La imagen que reescribió el manual de moda

Cuando en 1988 tomó las riendas de la revista, su primera portada ya dejó claro que no estaba allí para seguir las reglas. La imagen de Michaela Bercu en jeans y una camiseta escandalizó a la industria y rompió por completo con los estándares visuales de la época. Nada se parecía a los primeros planos perfectamente producidos que eran norma en Vogue hasta entonces. Michaela no miraba a cámara; tenía los ojos casi cerrados, el pelo desordenado cruzándole el rostro. La imagen parecía capturada al azar en la calle y ese era precisamente el punto. Desde ese momento, Vogue sería tan impredecible como influyente.

Portada Vogue

Fotografía: Portada Vogue US, Noviembre 1988

Más allá de las portadas: un espejo cultural

Bajo su liderazgo, Vogue dejó de ser un escaparate exclusivo para super modelos y se transformó en un reflejo y motor de la cultura pop. Madonna, en bañador y con el cabello mojado, fue portada en 1989, cuando aún era impensable que una celebridad no-modelo protagonizara la revista. Décadas después, la controversial portada de Kim Kardashian y Kanye West no hizo más que reafirmar que Wintour siempre ha tenido un radar cultural notablemente afinado.

Portadas Vogue

Fotografía: Portadas de Vogue US – Madonna, Kirsten Dunst, Kamala Harris, Harry Styles 

El MET Gala: de cena benéfica a Super Bowl de la moda

Si hay un evento que resume su alcance, es la Gala del MET. Lo que comenzó como una modesta recaudación de fondos para el Costume Institute del Museo Metropolitano de Nueva York, se convirtió en el desfile de alta costura y titulares más esperado del año. Y todo bajo la meticulosa dirección de Anna Wintour, quien decide el tema… y en muchos casos, quién merece (o no)  pisar esas escaleras.

Anna wintour MET Gala

Fotografías: Anna Wintour en MET Galas a través de los años

Moda, liderazgo e impacto

El legado de Anna Wintour va mucho más allá de las portadas icónicas y las alfombras rojas. Durante su gestión, Vogue se convirtió en un referente de poder  cultural. Fue ella quien consolidó el prestigio del famoso “September Issue”, transformándolo en el número más esperado del año, tanto por su volumen (casi 900 páginas) como por su capacidad de anticipar tendencias y marcar el tono editorial de la industria. Su figura pública, cuidadosamente construida dentro y fuera de la revista, amplificó su alcance: las gafas oscuras, el paso firme en los desfiles y su actitud imponente —rara vez sonríe o aplaude de pie en una pasarela— son parte de un personaje que impone respeto y despierta admiración. 

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Fotografías: Anna Wintour en primera fila de distintas pasarelas 

El factor Wintour en el deporte y la cultura pop

Más allá de su afición personal, la relación de Wintour con el deporte también se reflejó en su visión editorial. Desde Vogue, impulsó la visibilidad de figuras como Roger Federer, Serena Williams y Lewis Hamilton, integrándolos orgánicamente en el universo de la moda.

Asimismo, su influencia alcanzó la cultura pop al inspirar la novela y posterior película The Devil Wears Prada. El personaje de Miranda Priestly, hoy un ícono del cine contemporáneo, es una muestra del impacto de Anna dentro y fuera de la redacción.

Anna wintour deporte

Fotografías: Anna Wintour con Lewis Hamilton, portada de Serena Williams en Vogue US y Anna Wintour con Roger Federer 

Anna Wintour Devil Wears Prada

Fotografía: Collage Anna Wintour y Meryl Streep en el Diablo viste de Prada. 

Mucho más que una editora en jefe

Su influencia trascendió con creces las paredes de Condé Nast. Nombrada Dame Comandante del Imperio Británico en 2017 por la reina Isabel II como reconocimiento oficial a su servicio al periodismo y la moda, Anna Wintour ha ocupado cargos clave como Directora Artística de Condé Nast y Jefa Global de Contenidos de Vogue, consolidando su estatus como una verdadera arquitecta de la moda contemporánea. En 2025, su legado fue nuevamente honrado al recibir la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto reconocimiento civil en Estados Unidos, otorgado por el presidente Joe Biden por su impacto cultural y trayectoria ejemplar.

Anna Wintour Joe Biden Isabel II

Fotografías: Anna Wintour junto a la reina Isabel II, Anna Wintour con su título de Dame (2017), Anna Wintour junto a la princesa Diana de Gales y Anna Wintour recibiendo la medalla de la libertad junto a Joe Biden 

El adiós… y lo que viene

Su salida de la edición estadounidense no implica un retiro, pero sí marca un punto de inflexión. Vogue US, y con ella la industria, entra en una nueva etapa marcada por la digitalización, los cambios en los hábitos de consumo y la urgencia de una mayor representatividad e inclusión.

 Mientras la compañía busca a su sucesor o sucesora, la pregunta no es solo quién ocupará su silla, sino si alguien podrá realmente llenar ese vacío. Porque si algo nos enseñó Anna Wintour es que un editor puede ser mucho más que un curador de moda: puede ser un catalizador cultural, una figura de liderazgo y, por qué no, un ícono con gafas oscuras que observa y define el rumbo de toda una industria.

Su legado no se mide en tendencias efímeras, sino en la forma en que cambió para siempre la conversación sobre moda. Anna Wintour no solo editó revistas: editó la cultura. Y aunque ya no esté al frente de Vogue US, su influencia sigue intacta… como su bob.

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