El día de ayer estuvimos en el desfile “Raíces Invisibles”, presentado por los graduados y ahora diseñadores del INA Costa Rica.
El evento tuvo lugar en el Museo Nacional, un escenario que aportó una atmósfera única y significativa al desfile. Su arquitectura, historia y energía complementaron a la perfección la esencia del tema: conectar con nuestras raíces y mirar más allá de lo visible.
Este desfile nos invitó a reconectarnos con nosotros mismos, a explorar nuestra identidad y a celebrar el arte de la moda desde un lugar íntimo y reflexivo. Fue una experiencia llena de cercanía entre diseñador y público, donde cada propuesta transmitía emoción, técnica y autenticidad.
El show se dividió en dos bloques:
Primer bloque
Participaron Ariel Zúniga, Siu Acosta, Keilyn Solano, Glenda Barboza, Mato Gutmeister y Hellen Jiménez.
En esta parte destacaron los looks con estética romántica y detalles de tul, piezas que lograron captar la atención desde el inicio. Al verlos caminar al final con sus colecciones, se podía percibir un hilo conductor coherente y una narrativa personal en cada diseñador.
Intermedio
Durante la pausa, disfrutamos de una presentación musical a cargo de la saxofonista Lucía Jiménez, quien llenó el ambiente de calidez y emoción. Su interpretación cautivó al público y añadió un toque artístico que elevó aún más la experiencia.
Segundo bloque
En este segmento participaron Tiffany Monge, Samantha Hernández, Fabi Murillo, Nicole Solano, Jafeth Chávez y Marcela Molina.
Cada uno brilló con su propuesta: desde looks suaves y delicados hasta cierres llenos de dramatismo y arte en su máxima expresión. La técnica y el nivel de detalle fueron impecables, y cada diseñador logró reflejar su estética con una identidad muy clara.
Tuve también el placer de conocer la colección de Yoikho Salazar, quien por motivos fuera de nuestro conocimiento no presentó su trabajo durante el desfile. Sin embargo, puedo decir que su propuesta estaba ejecutada a la perfección en cada detalle, reflejando la esencia pura de un diseñador que promete mucho. Su colección nos regaló nuevas perspectivas y acabados exquisitos, reafirmando el nivel de talento que surge del INA.
Y si hablamos de los modelos, no podemos dejar de destacar el crecimiento del talento independiente en Costa Rica. Su presencia, profesionalismo y capacidad para dar vida a las piezas fueron clave para hacer de este show una experiencia inolvidable.
Sin más que decir, solo nos queda felicitar a cada uno de los graduados del INA.
Para nosotros fue un verdadero placer asistir al desfile, y estamos emocionados por ver todo lo que estos nuevos diseñadores emergentes tienen por ofrecer.
Con mucho cariño y respeto,
Mar Cubillo




