La nueva forma de destacar en la red carpet es revivir el pasado con estilo. A mitad del 2025, tras haber presenciado todos los momentos estelares de la temporada —Oscars, Grammys, Met Gala,—, hay algo claro: La apuesta más poderosa viene del pasado. Las celebridades mejor vestidas no corren tras los últimos desfiles… las más elegantes se sumergen en los archivos. Y lo que encuentran es pura magia: vestidos de Alta Costura de los años 50, Versace noventero, Dior de Galliano… En Be|Me lo confirmamos: el vintage está más de moda que nunca.
No se trata solo de nostalgia chic. En un mundo donde la moda vive en constante aceleración, mirar atrás se siente radical. Las piezas de archivo no solo brillan con historia, también aportan autenticidad, exclusividad y una narrativa que va más allá del vestido perfecto. Usar un look vintage en la red carpet es una declaración de estilo, pero también de intención: una oda al diseño atemporal, un guiño al coleccionismo, un gesto hacia la sostenibilidad.
Fotografía: Zendaya en el estreno de Dune 2 usando Thierry Mugler, colección de otoño invierno 1995
¿Por qué ahora?
En un momento en que las tendencias pasan tan rápido como llegan, las alfombras rojas han decidido tomarse un respiro… mirando hacia atrás. ¿El resultado? Looks con historia, carácter y un aire de exclusividad auténtica. El fenómeno va más allá de la estética: En un mar de novedades fugaces, es una forma de marcar el ritmo con elegancia. Revivir una pieza es más que estilo: es conocimiento, visión y memoria.
Además, las alfombras rojas ya no se tratan solo de “verse bien” —se trata de contar una historia. Usar moda vintage es apostar por la permanencia en un mundo obsesionado con lo inmediato. Y sí, hay algo profundamente poderoso en ver a una estrella actual usar un look de hace 30 o 70 años… y hacerlo sentir completamente del momento.
El comeback del archivo: Los mejores momentos vintage en la alfombra roja 2025
Ariana Grande en Givenchy (1966), Golden Globes 2025
Con su ya icónico ponytail, Ariana sorprendió al aparecer con un vestido vintage de Givenchy del año 1966. Un diseño de líneas limpias y en color amarillo mantequilla que, en lugar de parecer sacado de un museo, parecía hecho para ella.
Fotografía: Ariana Grande, Golden Globes 2025 y Audrey Hepburn en la película «Love in the Afternoon», 1957
Anya Taylor-Joy en Dior (1998) Golden Globes 2025
La actriz deslumbró con un Dior de archivo firmado por John Galliano, perteneciente a la colección primavera-verano 1998. Un diseño lencero en satén color oro rosa que equilibraba dramatismo y elegancia, acompañado por una estola a juego con flecos que añadía un toque teatral y sofisticado.
Fotografía: Anya Taylor Joy, Golden Globes 2025, y desfile Dior primavera-verano 1998
Olivia Rodrigo en Versace (2000) Grammys 2025
Olivia no es ajena al poder de la nostalgia Y2K, pero esta vez fue más atrás: lució un Versace vintage del año 2000 con cortes dramáticos y cuello halter que combinaba actitud noventera con el encanto rockstar que la caracteriza. Una combinación perfecta entre su estética musical y su evolución como ícono de la moda.
Fotografía: Olivia Rodrigo, Grammys 2025, y desfile Versace primavera-verano 2000
Kaia Gerber en Valentino (1997) Oscars Vanity Fair After Party 2025
La modelo Kaia Gerber rescató un tesoro de la época dorada de Valentino. El vestido, con capa a juego y volantes asimétricos, es romántico y femenino. Demostró que algunas siluetas no pasan de moda —simplemente esperan el momento correcto para volver.
Fotografía: Kaia Gerber, Oscars Vanity Fair After Party 2025, y desfile Valentino alta costura primavera-verano 1997
Kendall Jenner en Mugler (1992) Oscars Vanity Fair After Party 2025
Kendall apostó por Mugler vintage, otra señal de que los 90s siguen reinando. El vestido de encaje, escultural y vanguardista, hizo más que resaltar su figura: capturó ese aire teatral y atrevido que tanto echamos de menos en las alfombras de hoy.
Fotografía: Kendall Jenner, Oscars Vanity Fair After Party 2025, y desfile Thierry Mugler primavera-verano 1992
Penélope Cruz en Chanel (1992) Oscars 2025
La actriz española apostó por una joya vintage de Chanel alta costura que nos transportó a la elegancia de los 90s, con aires de Karl Lagerfeld. El vestido blanco fue poderoso y sofisticado: el tipo de elegancia atemporal que solo Chanel (y Penélope) pueden lograr.
Fotografía: Penélope Cruz, Oscars 2025 y desfile Chanel alta costura primavera-verano 1992
Gigi Hadid en Miu Miu, recreación de Balmain (1951) Met Gala 2025
Aunque no se trataba de una pieza original de archivo, la recreación del vestido dorado que Josephine Baker llevó en 1951 —un diseño icónico de Balmain— mostró el mismo respeto por la historia. Gigi Hadid trasladó el pasado al presente, reinterpretando los códigos clásicos de la moda con una mirada contemporánea y personal.
Fotografía: Gigi Hadid, Met Gala 2025, y Josephine Baker, 1951
Natalie Portman en Dior (1951) Cannes 2025
Una recreación fiel de un vestido histórico que reafirma que el archivo no siempre tiene que ser literal: basta con el homenaje. Natalie, siempre impecable, reinterpretó con sutileza y respeto un vestido strapless de terciopelo y tul de Christian Dior, mostrando que el glamour vintage puede renacer con fuerza si se interpreta con sutileza y respeto.
Fotografía: Natalie Portman, Cannes 2025 y Dior, colección alta costura otoño-invierno 1951
Un nuevo lenguaje de estilo
No es coincidencia que muchos de estos looks vengan acompañados de nombres como Law Roach, Danielle Goldberg o Mimi Cuttrell. Los estilistas son los verdaderos arqueólogos de esta tendencia, buceando en los archivos, negociando con casas de moda y convirtiendo piezas de museo en arte vivo. Porque sí, lo vintage puede ser red carpet, editorial, viral… pero sobre todo, profundamente emocional.
Fotografía: Zendaya y estilista Law Roach, Met Gala 2024
El futuro (vintage) de la moda
Entonces, ¿es esto una tendencia pasajera o el nuevo camino de la moda ? Quizás dentro de 30 años veamos a nuevas estrellas rescatando Margiela 2024 o Prada 2025 con la misma reverencia. Porque si algo nos enseñan estos momentos es que el verdadero buen diseño —ese que emociona, empodera y resiste— jamás pasa de moda.
